Recomendación del mes - Septiembre 2017

En septiembre leí:

Rabia, de Sergio Bizzio
Virgen, de Luciano Bellelli
It, de Stephen King
Radiana, de Esther Cross
Los que duermen en el polvo, de Horacio Convertini
Gaijin, de Maximiliano Matayoshi

En el último mes no leí tantas novelas pero sí fueron variadas y de temáticas diferentes. Hubo quizás un predominio de lo fantástico/terror/ciencia ficción, pero también leí otros textos más de corte realista como Virgen, Rabia o Gaijin. En promedio podría decir que septiembre ha sido un mes de buenas lecturas, más allá de que naturalmente algunas las disfruté más que otras. 

En este caso decidí elegir dos libros que desde mi punto de vista fueron de lo mejor. Ambos de autores argentinos, pero de argumentos muy distintos. Por un lado, Los que duermen en el polvo ha sido una grata sorpresa. Incorpora elementos de la ciencia ficción más actual, podríamos decir (con el tema este de los bichos que remiten claramente a los zombis de The Walking Dead), pero quizás lo más destacable de este texto sea que su locación, el contexto en donde ocurre la historia propiamente dicha podría haber sido cualquier otro, porque lo que aquí importa es la construcción del protagonista y cómo este se relaciona con aquello con lo que le toca vivir. Más allá de esto sigo pensando que esta novela daba para ser un libro de trescientas páginas tranquilamente; con esto no me refiero a que Convertini no haya podido desarrollar bien todo lo que podía dar esta novela, sino que la terminé con ganas de más y con la sensación de que Los que duermen en el polvo es un libro que indudablemente podría haber sido más extenso, porque su propio argumento y el potencial de sus personajes así lo requería. 

Por otro lado, me gustaría destacar una reedición de este año: Gaijin, de Maximiliano Matayoshi. La novela fue publicada en primer lugar hace unos quince años, cuando el autor todavía era muy joven. El protagonista es un niño de unos diez años que se traslada de su Japón natal a la Argentina, hacia mitad del siglo XX. Leyendo Gaijin somos testigos de todo el proceso de adaptación que este viaje representa, y veremos cómo el personaje principal irá transformándose en un argentino más, pero sin dejar de lado su esencia japonesa que indudablemente mantiene. El autor narra con naturalidad y fluidez, por lo que es muy fácil compenetrarse con la historia que nos cuenta, casi como si fuéramos nosotros los lectores los que estamos en ese proceso tan complejo que significa cambiarse de país, de cultura, de forma de vida. 

Comentarios