"Opio", de Maxence Fermine

Ficha técnica
- Título:
Opio
- Autor/a:
Maxence Fermine
- N° de páginas:
163
- Editorial:
Anagrama
- Año:
2002 

Charles Stowe, el protagonista de esta historia, decide embarcarse hacia China para conocer la ruta del té. En su viaje no solo entenderá los peligros y las maravillas que este esconde, sino que su búsqueda del más fino y puro té se irá mimetizando con la ruta de otra sustancia: el opio. 

De este autor ya había leído otra novela, tan corta pero a la vez tan disfrutable como esta: El violín negro. Si bien no recuerdo mucho su trama, debido a que la leí hace ya bastante tiempo, sí me acuerdo de que me había gustado mucho y que, por sobre todas las cosas, me había encontrado con un autor con una prosa poética y con capacidad para mantener al lector enganchado a la lectura. El caso de Opio no fue la excepción. Este pequeño libro representa un momento (porque es una historia que puede leerse en cuestión de horas) de lectura muy interesante, muy ameno y entretenido, que deja al lector con la sensación de haber leído algo, además de muy bien escrito, con una historia interesante y en términos generales bien planteada.

La novela empieza presentándonos a Charles Stowe, nuestro protagonista. Gracias a su padre empieza a interesarse por el té, un producto que se consume mucho en su Inglaterra natal. Sin embargo, los verdaderos encantos de esta bebida no se encuentran allí, sino en China. Así, Stowe empieza su viaje hacia el corazón de Asia para encontrar la única versión del mejor té posible. Allí se topará con cosas que no esperaba y, con el correr de la historia se irán develando cuestiones que en un primer momento eran impensadas.

Maxence Fermine tiene un estilo muy entretenido, de fácil lectura, pero que a su vez en muchos pasajes incorpora cuestiones poéticas. Opio tiene algunos tintes maravillosos o hasta casi fantásticos que hacen que uno se enganche a la lectura de una manera casi inmediata. Si bien el relato en su mayoría es bastante realista, toda la cuestión de la China imperial remite a un texto más cercano a lo mítico, a la leyenda. Estos temas que también refieren a la tradición china están muy bien logrados no solo por los hechos que efectivamente suceden y que tienen que ver con toda esa temática, sino también porque el autor tiene la capacidad de transportarnos a esos mundos de forma muy sencilla. A medida que vamos avanzando con la lectura uno empieza a sentirse parte de esos palacios, plantaciones de té, comerciantes, mercaderes, contrabando y hombres y mujeres misteriosos.

A pesar de ser un libro muy corto, Opio logra desarrollar una trama que si bien no es excesivamente compleja, tiene sus vaivenes. Es decir que la misma logra, en primer lugar, plantear a sus personajes, otorgarles un desarrollo y, en segundo lugar, proponerles desafíos que tendrán que ir resolviendo con el correr de los hechos que se les van presentando. Por último, el autor logra darle a la historia un final adecuado que, además, también incorpora una vuelta de tuerca que genera sorpresa en el lector, lo cual se agradece, siempre y cuando esté bien utilizado. En el caso de Opio el último giro de trama no está puesto porque sí, sino que tiene un sentido que logra darle a la novela un final más interesante. Fermine es un autor que logra que el lector se adentre en las páginas de aquello que nos está contando de una manera sencilla, con el uso de pocas páginas y de historias no tan complejas en su apariencia pero que, igualmente, tienen un trasfondo para analizar con más detenimiento.

Probablemente, lo único que le ha faltado a este libro es, desde mi punto de vista, un poco más de desarrollo en la cuestión del opio. Es decir, la parte de los secretos del té y de todas las sensaciones que esta bebida genera, casi en términos religiosos, está bien lograda, pero no así tanto con el tema del opio. Pienso que si esta temática hubiera estado más explotada la novela habría sido, por un lado, evidentemente más larga, pero por otro, también se habría planteado como una historia con un argumento un tanto más complejo, más intenso. La cuestión de los efectos del opio, de las causas para consumirlo y de todo lo que este produce en las personas que están en contacto con él seguramente habría constituido una parte muy interesante de la historia. Ese tema, creo yo, tenía mucho más material para desarrollar que la propia cuestión del té que, si bien era interesante para plantear como parte del argumento, también tenía menos fuerza que todo lo relacionado al opio, sus causas de consumo y sus consecuencias. O quizás, lo mejor no era pregonar una por sobre otra, sino desarrollar ambas temáticas por igual o, por lo menos, de manera un tanto más equivalente.

Opio es una linda novela que se puede leer de un tirón, esto claramente ayudado por la corta extensión de los capítulos y por la tipografía grande de la edición. Más allá de estas cuestiones más técnicas, digamos, el libro de Fermine atrapa al lector ya desde la primera página, generando que uno siga con la lectura hasta el último punto final. Con la sencillez de su prosa y una historia llena de encanto,  con Opio Fermine logra erigirse como un escritor con capacidad para crear argumentos que enganchen y que logren transportar al lector a esa realidad que nos plantea la trama.

Comentarios