"Tres veces luz", de Juan Mattio

Ficha técnica
- Título:
Tres veces luz
- Autor/a:
Juan Mattio
- N° de páginas:
136
- Editorial:
Aquilina
- Año:
2016

Un niño sin casa, un militante y una fiscal son los tres protagonistas de esta novela. A medida que esta avanza, las cosas irán poniéndose cada vez más oscuras, hasta convertirse en una historia sumamente intensa más allá de su corta extensión. 
Lo más sencillo sería encasillar a Tres veces luz dentro del policial. Decir que es una novela que pertenece a este género es lo que primero se nos viene a la cabeza teniendo en cuenta las situaciones que relata, pero haciendo un análisis un poco más profundo podemos decir sin temor a equivocarnos que la novela de Mattio es mucho más que un policial; lo cual no es para despreciar, porque ya desde el vamos escribir un buen policial no es para nada fácil: no implica solamente presentar un caso, el desarrollo de la investigación y su resolución, sino que también a todos estos hay que saber cómo llevarlos, que son aquellos que a priori tendrían todas las novelas policiales con las cuales nos encontramos. Es decir, para que estas historias estén bien construidas no solo necesitamos que el argumento de la misma nos interese y nos invite a seguir leyendo, sino que a su vez es importante que el autor le imprima a ese argumento algo propio, algo que destaque por sobre otras historias de este mismo género. Claro, esto ocurre, como decía, en las obras que efectivamente son buenas. No tengo dudas de que, al mismo tiempo, existen esas novelas que uno lee “para pasar el rato”. En ese rótulo hay mucho policial, mucha novela de misterio que gana mucho en entretenimiento (lo cual tampoco es para despreciar como algo menor) pero pierde en profundidad. 

En Tres veces luz Mattio hilvana una historia policial muy buena y, sobre todo, muy original. Ver que la última página de esta novela marca el número 136 podría hacernos suponer que la leeríamos de un tirón. Sin embargo, con el correr de las páginas el lector empieza a darse cuenta de que Tres veces luz es una novela mucho más compleja de lo que parece. Mattio tiene un estilo bastante particular, que genera que si uno no está atento lo más probable es que se pierda de detalles que quizás no son tan importantes para la comprensión de la historia en general, pero sí son fundamentales en lo que respecta a la esencia de la historia; los detalles en Tres veces luz son lo que hace ser lo que es. La forma en que Mattio narra, siempre pendiente de lo que no se ve a simple vista, y lo que solo puede hacerse visible a través de la palabra, es uno de los factores que mejor representan a esta peculiar novela. Es por eso que para disfrutarla al máximo, más allá de la historia policial en sí, es necesario encarar la lectura de esta historia con atención, con predisposición a, eventualmente, estar preparados para releer varios de las oraciones (o párrafos enteros) que componen esta historia. 

Durante la novela lo central no es generar esa cuota de misterio o de sorpresa constante que muchas veces encontramos en las historias policiales. Si bien podríamos decir que empieza por “el final”, el desarrollo de la misma se articula a partir de dos narraciones: por un lado, lo que ocurrió en el conteiner del barco con Patrice y Chuckle, y por otro lado, la investigación de la fiscal. Es decir, los dos relatos se presentan juntos, intercalados, y a medida que vamos leyendo podemos ir conectándolos en base a los sucesos que en ellos se relata. Uno sabe que, de alguna u otra forma, las historias están conectadas, porque de lo contrario no estarían siendo narradas a la par. Pero no es hasta que uno empieza a adentrarse en lo que nos cuenta Mattio que se da cuenta de qué es lo que efectivamente las vincula. En ese sentido, el autor maneja muy bien los tiempos, porque no suelta toda la información de golpe sino que la va dosificando para que las cosas se pongan en su lugar más cerca del final. Es interesante porque podríamos decir que la historia avanza rápido, con fluidez, pero al mismo tiempo es posible apreciar que lo que Mattio nos cuenta no tiene nada de ligero. Muy por el contrario, la historia de Tres veces luz es muy intensa, muy densa, muy oscura. Parece difícil de conseguir, pero el autor logra relatar una historia sumamente compleja que al mismo tiempo no se puede dejar de leer. Una historia con mucho por analizar, por desmenuzar, pero que a su vez es completamente atrapante, adictiva. Y es indudable que esto tiene que ver inevitablemente con el papel que todo autor tiene en la escritura de una historia, y en este caso Mattio demuestra toda su capacidad para atrapar al lector y meterlo de lleno en esa atmósfera que tan bien logra construir. 

Esa es otra de las cuestiones interesantes que tiene esta novela. Mattio logra ambientar muy bien los acontecimientos de  la historia, a tal punto que uno se siente en muchas ocasiones verdaderamente oprimido por lo que está sucediendo. La novela cuenta cosas muy intensas y densas, y el autor consigue transmitir al lector muy bien esa desesperación de los personajes, lo terrible de lo que les ocurre. Probablemente, otro de los puntos fuertes de la novela sea ese: el gran desarrollo que tienen tanto la atmósfera creada por el autor como también los personajes. Es para destacar, sin lugar a dudas, lo bien que se las arregla Mattio para construir tan bien, en muy pocas páginas, estos componentes que por un lado son esenciales en el desarrollo de una novela, pero por el otro son también complejos de elaborar de buena manera. En ocasiones un texto puede ser corto y por eso no llegar a construir de la mejor forma a los personajes y a la ambientación en los que estos se mueven y, en otras, el mismo hecho de tener una corta extensión es en donde se ve la capacidad del escritor para desarrollar una buena trama. 

En el caso de Tres veces luz muy posiblemente sea su brevedad lo que hace de esta una novela tan buena; todo lo que otro autor podría extender, quizás innecesariamente, en muchas páginas Mattio lo condensa en poco más de cien. Allí esta su mayor logro: concentrar todo lo opresivo, terrible e intenso de la narración en una nouvelle que se lee con genuina fascinación no solo por lo que cuenta, sino también por lo bien que el autor nos lo hace llegar. Tres veces luz es una novela que va mucho más allá de lo estrictamente policial. Una historia bien estructurada, muy original, que no puede parar de leerse, narrada de tal forma que lo crudo de la historia pueda ser relatado de una manera indudablemente bella. 

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