"Un hombre llamado Lobo", de Oliverio Coelho

Ficha técnica
- Título:
Un hombre llamado Lobo
- Autor/a:
Oliverio Coelho
- N° de páginas:
260
- Editorial:
Duomo
- Año:
2011

A los cuarenta años, Silvio Lobo decide dejar la casa de su madre, con quien vive, para formar una familia. Rápidamente la encuentra, y tiene una esposa y un hijo a quien prestarle su atención. Pero así como esta llega, se va; ahora abandonado por su esposa, que a su vez se lleva a su hijo, Lobo decide ir en su búsqueda. 

Un hombre llamado Lobo es una novela de por sí entretenida. Más allá de que en algún que otro momento pueda bajar un poco el ritmo, la agilidad de la trama se mantiene bastante constante a lo largo de las doscientas sesenta páginas de las que consta el libro. Este es un punto a favor, porque en un principio, el argumento central no me había llamado demasiado la atención. Es más, comencé con la lectura sin saber prácticamente nada del mismo. En ocasiones, esto puede resultar una ventaja, porque permite que la historia de alguna manera sorprenda al lector con cosas que no sabía de antemano. En el caso de la novela de Coelho, para mí fue un beneficio no saber mucho de la trama. Este desconocimiento inicial, de alguna manera me permitió disfrutar más de la novela.  

Hablando de la historia más en profundidad, lo cierto es que este no es un libro que sobresalga por la originalidad o la imprevisibilidad del argumento. No tiene una trama sumamente sorprendente o que constantemente dé giros que descoloquen la mente del lector. Antes de esta novela leí Pequeñas intenciones, de Jorge Consiglio, y de alguna manera me resultaba difícil no compararlas, más que nada porque tienen bastantes puntos en común. Este comentario que escribo sobre Un hombre llamado Lobo no se trata de una comparación estricta con la obra de Consiglio, pero por el hecho de haber leído las dos novelas seguidas, a uno como lector, y en especial si las lecturas le complacen, siempre le queda algo rondando de las historias que leyó anteriormente. Según mis lecturas, la de Coelho puede ser comparada con la de Consiglio en relación al personaje, más que nada, y cómo los dos se enfrentan a la soledad o a un eventual abandono. Si bien Lobo y el personaje de Consiglio tienen actitudes diferentes frente a estas cuestiones, sí es posible relacionar ambas personalidades en tanto son personajes relativamente “abandonados”, si se quiere, o alcanzan una especie de marginación con determinados sucesos. 
La historia de Un hombre llamado Lobo es bastante sencilla; no tiene demasiadas pretensiones de ser una trama con muchos giros sorprendentes o con cuestiones que sean imprevisibles para el lector. Sin embargo, tiene la virtud de ser altamente entretenida, y nos mantiene enganchados en todo momento. Más allá de que hacia la mitad de la misma el ritmo decaiga un poco (el inicio y el final fueron los momentos que más me gustaron), lo cierto es que Coelho logró que me metiera de lleno en lo que me estaba contando: en el personaje de Lobo, principalmente, y en la forma en que actúa ante determinadas situaciones. No puedo decir que Silvio Lobo es un tipo entrañable, para nada. De hecho, durante toda la historia me cayó bastante mal. Pero por lo menos desde mi punto de vista, el hecho de que a un lector un personaje le guste o no afectivamente no hace a la cuestión de la buena construcción del mismo. El personaje puede ser una persona execrable, pero si su personalidad y sus formas de actuar alcanzan una profundidad psicológica, para mí el trabajo está ­–muy bien– hecho.  Entonces, ¿cómo logra el autor que un personaje alcance esto? Haciéndolo enfrentar situaciones en donde pueda sacar a relucir sus cualidades. Porque tampoco es necesario que los personajes actúen de forma “buena” o “mala”, sino que a través de encarar esas cuestiones consoliden su forma de actuar, siempre en base a su psicología. Transformarse en moralista no es una tarea esencial de un personaje o de la literatura en general. Eso lo consigue bien Coelho, sobre todo con el personaje de Lobo. Con él, el autor consigue demostrarnos su capacidad para desarrollar buenos personajes, con una profundidad psicológica interesante. Teniendo en cuenta que la historia en general gira en torno a Lobo, la novela no habría surtido el mismo efecto si el mismo no hubiera estado bien construido. Coelho logra sortear bien esta situación, generando una historia que se va erigiendo a partir de un protagonista bien desarrollado.

El hecho de centrar la narración en Lobo “obliga”, de alguna forma, a que el autor se enfoque en dotar a la novela de un análisis de cuestiones que tienen que ver con la propia personalidad del mismo. La historia se encarga de relatar la transformación del personaje, no solamente cuando decide dejar la casa de su madre, con todo lo que eso implica, sino también con los hechos que vienen después de esa decisión. Así, la metamorfosis (o, mejor dicho, el descubrimiento por parte del lector de su personalidad) de Lobo va generando que la novela se convierta en una obra con mucho contenido reflexivo, en la mayoría de las veces refiriéndose al protagonista. A su vez, Coelho narra esto a partir de un estilo propio muy poético, con una gran capacidad de relatar cuestiones relativamente “mundanas” de una forma diferente, que solo es posible de conseguir a través de la palabra. 
Un hombre llamado Lobo es una novela muy entretenida, que logra atrapar al lector en todo momento, en especial en el inicio y en el final. Más allá de que no narra una historia sumamente original o con muchos giros de trama que puedan llegar a sorprender, la novela se mantiene en un ritmo en general parejo. Coelho logra construir un buen personaje principal, y lo hace enfrentarse a situaciones que nos permiten ver su auténtica personalidad. Una historia amena, fluida y bien contada.

Puntuación final 

7/10

Comentarios