"El origen de la tristeza", de Pablo Ramos

Ficha técnica
- Título: El origen de la tristeza
- Autor/a:
Pablo Ramos
- N° de páginas:
157
- Editorial:
Alfaguara
- Año:
2004



Gabriel está transitando por la etapa intermedia entre el final de la infancia y el inicio de la adolescencia. Vive en El Viaducto, un barrio cerca de la cancha de Arsenal rodeado de damajuanas de vino, cementerios y arroyos que se incendian.
En mi lectura de El origen de la tristeza vi dos libros en uno. La novela se divide en tres partes, pero la mayor diferenciación la noté entre la primera y las dos siguientes. Si bien mentiría si dijera que “El regalo” (el relato inicial) me aburrió, tampoco podría decir que me gustó mucho. Esa parte me era, más bien, un tanto intrascendente. Quizás por el hecho de que como era el principio, uno como lector no conoce tanto al protagonista, ni su entorno ni su modo de actuar y pensar. La realidad es que transité ese primer tercio del libro a la expectativa de que algo más interesante pasara para poder meterme de lleno en la historia de Gabriel. Afortunadamente, con “El incendio del arroyo” y “El estaño de los peces” ocurrió lo que yo esperaba. No sabría especificar bien por qué, pero estas dos partes siguientes me gustaron mucho más que la primera. Probablemente haya sido por el hecho de que podía conocer más y mejor al protagonista, por lo que me sentiría, de alguna manera, testigo de los hechos que allí se narraban. Me gustó más, también, la descripción que se hace de la vida de Gabriel, su familia y sus amigos. En ese sentido, este tramo de la novela me pareció más completo que el inicio, con más elementos de los cuales Ramos pudo disponer para estructurar mejor la historia.
El narrador y protagonista de El origen de la tristeza es Gabriel, un preadolescente de entre doce y trece años. Es por eso que la narración constantemente fluctúa entre la inocencia de la infancia y el comienzo de una incipiente madurez. Aquí Ramos ha hecho un gran trabajo; logró plasmar a la perfección todas las sensaciones y pensamientos que rondan en la cabeza de un chico de esa edad. En ese sentido, Gabriel se convierte en un personaje creíble por lo bien construido que está, y a su vez tiene la capacidad de traspasar las páginas de la novela y conectar completamente con los lectores. Más allá de Gabriel, el autor consigue estructurar muy bien los demás personajes que conforman el entorno del protagonista. Su familia, sus amigos, las maestras, su amigo del cementerio, entre otros, conforman un gran abanico de personalidades bien marcadas que hacen de esta historia una muy creíble en cuanto a los personajes que encarnan las situaciones narradas. Además, el verosímil en El origen de la tristeza no se construye solamente a partir de esta cuestión de los personajes, sino también porque cuenta situaciones cotidianas de la vida de principios de los ochenta. Más allá de que algún lector pueda no estar familiarizado con la rutina de este grupo de personas, la novela consigue justamente eso: acercarnos a la cotidianeidad de un sector de la sociedad que puede resultarnos ajeno, pero que al mismo tiempo forma parte de nuestra cultura.
El estilo de Ramos no es ni pretencioso ni superficial. Está algo así como en el medio, y aunque quizás en un principio no lo parezca, desde mi punto de vista es algo difícil de conseguir. ¿Cómo hacer para que un texto esté efectivamente bien escrito, sin que el autor se muestre con aires de letrado soberbio? En el punto exacto está la escritura de Ramos, y considero que para narrar este tipo de historias este se perfila como un autor ideal. Tiene la capacidad de relatar muy bien los sucesos de la vida de Gabriel y su entorno (y en ocasiones, con frases muy lindas y redondas) y a al mismo tiempo conseguir que la lectura sea muy amena y entretenida.
Mediante una historia sencilla pero muy bien construida, protagonizada por personajes bien delineados que logran traspasar el papel, Ramos nos demuestra todas sus dotes narrativas. Una historia que vale la pena leer, que si por algún momento, en el inicio más que nada, no llega a convencer, luego con las dos partes restantes levanta ritmo y hace de esta una disfrutable lectura.
Puntuación final
7.5/10

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