"Pasado perfecto", de Leonardo Padura

Ficha técnica
Título: Pasado perfecto
Autor: Leonardo Padura
Saga: Mario Conde #1
N° de páginas: 232
Editorial: Tusquets
Año: 1991


En Pasado perfecto, la primera entrrga de la serie del teniente Mario Conde, el protagonista deberá investigar la desaparición de un importante empresario. Para Conde no será un caso cualquiera, porque el desaparecido es un antiguo compañero de escuela, Rafael Morín. A su vez, deberá enfrentarse a Tamara, antiguo amor juvenil, quien ahora mantiene una relación con Rafael. 

Desde que leí Vientos de cuaresma, la segunda entrega de la serie del teniente Mario Conde, me di cuenta de que el rótulo de "novela policial" le queda muy chico a la obra de Padura. Si bien es innegable que los libros tienen un alto contenido policial o de novela negra, esta saga incluye muchos otros elementos que igualmente la hacen destacar, y que permiten al lector analizarla no desde lo estrictamente policial, sino también desde otros aspectos igual de interesantes. 

El caso que narra la novela tiene la virtud de que, más allá de que no sea uno de esos casos impresionantes o llenos de giros argumentales, engancha desde el principio. Así, la trama se vuelve muy fluida y amena, y no es para nada complicado seguirle el ritmo. Las piezas del rompecabezas van poco a poco poniéndose en su lugar, sin elementos que parezcan forzados o demasiado convenientes. Desde ese punto de vista, la novela cumple bien su función. 

Padura tiene una prosa que a mí particularmente me gusta muchísimo. Se nota claramente que tiene mucho talento para escribir y contar historias. Más allá de algunas palabras o expresiones que son habituales en el lenguaje coloquial cubano, su estilo es muy claro y no genera confusiones. Es decir que más allá de que alguna que otra expresión no pueda entenderse de la mejor manera, esto no supone un inconveniente mayor a la hora de avanzar con la lectura. La prosa del autor de ninguna manera resulta plana o superficial, sino que los pasajes en los que se aleja de lo policial para tratar otros temas tienen un claro tinte poético. Es un estilo narrativo muy armonioso, en el que cada palabra está donde debe estar y nada suena, por así decirlo, forzado, o lo que sería peor, pretensioso. 

A pesar de tratarse de la primera entrega de una serie que actualmente cuenta con ocho títulos, en Pasado perfecto se ve una gran caracterización del personaje principal, Mario Conde, así con también de los secundarios y de los ambientes en los que se va desarrollando la historia. Esto permite, entre otras cosas, que la trama vaya avanzando según bases sólidas, y que de esta manera los hechos tengan coherencia y sentido. 

Pero lo que más destaca de Pasado perfecto no es la trama policial, y habiendo leído otra libro de la serie pienso que esto probablemente represente una constante a lo largo de los demás libros. En cambio, lo que hace que esta novela tenga tanto valor es cómo el autor va narrando los hechos, la forma en que transmite no solo lo que ocurre sino cómo se van sintiendo todos los personajes con respecto a ellos. Padura llega a la combinación perfecta entre escenas de acción policial y momentos de reflexiones sobre distintos temas. En la novela, y bajo una constante atmósfera nostálgica y melancólica, el Conde piensa en muchísimas cuestiones; el pasado que fue perfecto, el presente que no lo es tanto y el futuro que no tiene otra cosa más que pura incertidumbre. ¿Hacia dónde va Conde, qué es lo que quiere? Si la respuesta no la tiene él, menos la tendremos nosotros los lectores. También se reflexiona sobre muchos otros temas, como los miedos, la soledad, la culpabilidad, las motivaciones, las frustraciones, el amor, etc. Por todas estas cuestiones, pienso que es completamente posible interpretar Pasado perfecto, y seguramente todas las demás entregas de la serie, como una novela que narra la vida de un hombre, cuya profesión da la casualidad que es la de ser policía. Más que un relato sobre sus deberes profesionales, Padura cuenta su vida, su personalidad, sus defectos y sus virtudes, entre muchos otros temas. 

Pasado perfecto no es una novela que sobresalga particularmente por la trama policial, sino que el gran mérito del autor reside en la genial construcción del protagonista y de los ambientes que lo acompañan. Padura logra esto a partir de su excelente estilo narrativo, en el cual cada palabra está perfectamente colocada. Una novela a la que la etiqueta de "policíaca" puede quedarle muy bien, pero que al analizarla con mayor profundidad, uno se da cuenta de que va mucho más allá. Quizás lo mejor sea dejar de pensar en el género al que pertenece y disfrutarla como la gran novela, así, a secas, que evidentemente es. 

Puntuación final


9/10

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