"Orgullo y prejuicio", de Jane Austen

Ficha técnica
- Título: Orgullo y prejuicio
- Autor/a:
Jane Austen
- N° de páginas:
448
- Editorial:
Debolsillo
- Año:
2009 (1813)
Orgullo y prejuicio es uno de los grandes clásicos de la literatura universal y, desde el género realista costumbrista, constituye un fiel retrato de época de principios del siglo XIX. En la novela la lupa enfoca en la familia Bennet; el objetivo de la madre de casar a sus cinco hijas, las idas y venidas de estas en cuanto a la formación de pareja  y un gran abanico de códigos y costumbres sociales que le dan forma a su cotidianeidad.
Determinados libros se convierten, con el correr del tiempo, en clásicos.  Más allá de que algunas personas los consideren lecturas “obligatorias”, también es interesante plantear la pregunta de por qué a estos textos llega a adjudicársele ese mote. No es casual, sin embargo, que muchos de estos libros sigan siendo leídos en la actualidad cuando ya pasaron, tomando como ejemplo la novela de Austen, más de dos siglos. En ese punto está la clave de la pregunta. Los denominados clásicos permiten distintas lecturas en muchas sociedades, ya sea por diferencias culturales o de época. Es decir, no tengo dudas de que leer Orgullo y prejuicio  cuando se publicó por primera vez fue una experiencia completamente distinta a la que uno podría llegar a tener si lo lee hoy. Entonces, lo que estos libros consiguen es vigencia: admiten interpretaciones tan dispares como válidas, en distintos puntos de la historia.
Por otra parte, este tipo de libros denominados clásicos tocan temas que, sin importar en la época en la que se desarrollen, no desaparecen en las relaciones humanas. En esta novela prevalecen distintas cuestiones que tienen que ver con cómo se van estableciendo los vínculos en las personas, y cuáles son los factores que hacen que estos perduren o, por el contrario, ni siquiera lleguen a formarse. En este último caso dos posibles razones serían, por ejemplo, el orgullo y el prejuicio, como lo indica su título. Así es como en muchos pasajes del libro se muestran los personajes: orgullosos y prejuiciosos: por palabras o comentarios ajenos, por inseguridades propias, por influencia familiar o por códigos sociales presentes en esa sociedad. La madre de las Bennet está desesperada por que sus hijas se casen, pero no acepta que ellas elijan libremente. Siempre opina sobre las posibles parejas de sus hijas y, si una ya contrajo matrimonio entonces rápidamente pasará a ser la favorita porque la que era la favorita anterior sigue soltera. En este tipo de comportamientos se puede ver que los vínculos entre los personajes muchas veces, si no siempre, están regidos por determinados valores, así como pasa en la actualidad. Otro caso es el de un concepto que está siempre presente en las relaciones de los protagonistas: la conveniencia. En muchísimos pasajes, sobre todo cuando los personajes analizan posibles vínculos matrimoniales, siempre tienen en cuenta el factor material. Con estos temas se fortalece el concepto de clásico que tiene esta novela, ya que enfoca en determinadas cuestiones que siguen teniendo vigencia en las sociedades actuales.
Muchas veces se asocia al clásico con el concepto de aburrido. En el texto de Austen, ese prejuicio (nunca mejor dicho), se resquebraja por completo. En ningún momento de la novela la historia se torna densa, ni difícil de leer. Sí es cierto que la autora tiene un estilo bastante descriptivo y detallista, pero considero que tiene que ver con una cuestión de época y del género del costumbrismo. Para citar un caso, Madame Bovary de Flaubert, con un estilo muy distinto, también es detallista y descriptivo. Austen le presta mucha atención a los sentimientos de los personajes y a cómo se sienten en determinadas situaciones. Es por eso que, por ejemplo, luego de que se produzca un intercambio de cartas entre Lizzy y Darcy la autora puede ocupar varias carillas para describir los pensamientos de esta, y cómo en muchas ocasiones estos se muestran contradictorios o carentes de argumentos sólidos. Más allá de que la prosa de Austen no es para nada complicada ni rebuscada, también es necesario por parte de lector leer a conciencia; no solo por el hecho de disfrutar de su exquisito estilo, sino también por algo mucho más pragmático: no perderse de ningún detalle y comprender a la perfección cada una de las situaciones que se van narrando.
Entre uno de los mayores logros de esta novela se encuentra el genial desarrollo que alcanza cada uno de los personajes. Sin tener en cuenta su importancia en el relato o su recurrencia en los hechos fundamentales de la historia, constituyen un retrato perfecto del tipo de personas que se encontraba en la sociedad que retrata la autora, y que también reflejan muchas personalidades actuales. En ese sentido, Orgullo y prejuicio también puede considerarse un clásico porque sus personajes no son únicamente funcionales a la trama y se adaptan bien a ella, sino que uno puede sacarlos de ese contexto y, con algunas obvias modificaciones, instalarlos en nuestra actualidad y aún así, el humano del siglo XXI podría seguir sintiéndose identificado, aunque no quiera, con sus distintas personalidades. Austen también hace un excepcional trabajo en la construcción de las relaciones entre los protagonistas; más allá de que algunos de los vínculos entre los mismos pueda resultar previsible, quizás por el hecho de que esta es una historia conocida, el tratamiento que hace la autora es impresionante. Los vínculos entre los mismos están tan bien descriptos, se desarrollan de manera tan natural y con tanta fluidez, que a pesar de saber qué ocurrirá entre ellos uno puede seguir sorprendiéndose con las cosas que pasan. Por lo tanto, esta es una novela que no perdería su efecto con una eventual relectura. No tengo ninguna duda de que volviéndola a leer la experiencia sería todavía más enriquecedora. La sorpresa, en este tipo de historias, no es el factor principal por el que uno sigue leyendo. Con esto me refiero a que releer Orgullo y prejuicio no es como releer una novela de suspenso, donde la sorpresa constante sí es esencial para que la historia funcione. En el tipo de novelas en las que se ubica el texto de Austen, la clave está en cómo el autor o la autora logra desarrollar los personajes, ambientes y vínculos entre los personajes. Es por eso que, si este texto vuelve a leerse, seguramente se podrán encontrar y analizar muchos aspectos que en una primera lectura se pierden o se pasan por alto, más allá de que uno sepa el desarrollo general de la historia.
Orgullo y prejuicio es una novela con unos grandes personajes, por momentos divertida, con una ambientación perfecta y un ritmo que en ningún momento decae. Es una historia en la que se disfruta cada detalle, cada oración, cada frase. Una novela en la que todo está donde debe estar, donde nada está de más y en la que se dignifica como en pocos libros el dificilísimo oficio de narrar historias de calidad.
Puntuación final

10/10

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