"Fluyan mis lágrimas, dijo el policía", de Philip K. Dick

Ficha técnica
Título: Fluyan mis lágrimas, dijo el policía
Autor: Philip K. Dick
N° de páginas: 272
Editorial: Booket
Año: 2015 (1974)

Jason Taverner es un seis: un humano modificado genéticamente, lo cual le mejora muchas de sus características. Pero no solo eso, sino que también es un ídolo televisivo que cuenta con aproximadamente treinta millones de fans alrededor del mundo. Su vida transcurre normalmente hasta que un día despierta en una habitación de un hotel barato, y se da cuenta de que ha perdido sus documentos de identidad. Con esto, está destinado a terminar en un campo de trabajo forzado. Pero lo peor no es esto, porque luego de hacer un par de llamadas, entiende que ahora nadie lo recuerda; Jason Taverner no existe.
Philip Dick sabe contar historias; eso es indudable. En cada uno de las novelas que leí de él, lo poco que plantea la contratapa del libro ya es suficiente como para llamar la atención del lector. Los argumentos de sus obras son siempre atractivos desde el inicio, y lo mejor es que el autor logra revalidar ese interés inicial durante todo el desarrollo de la historia. Fluyan mis lágrimas, dijo el policía no se queda atrás, y representa, muy probablemente, uno de los exponentes más fuertes del universo dickeano.
La mejor parte de esta novela no está en el inicio. No es que este sea malo ni mucho menos, pero lo que plantea es muy confuso tanto para el protagonista como para el mismo lector. En las primeras páginas ocurren muchas cosas que uno podría considerar como importantes, hechos que luego tendrán una preponderancia en lo que sucederá en el desarrollo de la trama; sin embargo, no es hasta que uno termina la novela que entiende que es probable que Dick escriba a base de impulsos. Si se le ocurre algo, lo escribe, más allá de que luego no sea estrictamente funcional a la trama. En ese sentido, es importante prestar atención a  cada detalle que se va presentando; si es importante, lo sabremos con el tiempo, pero si lo era y no lo consideramos como tal, entonces tendremos un problema a la hora de comprender la historia en su totalidad.
En estas primeras páginas, las cosas que suceden no están nada claras, y puede ser por esto que cueste un poco engancharse a la trama. No obstante, cuando uno va avanzando con la lectura, el argumento se va tornando mucho más llevadero, más entretenido y aunque sea, un poco más entendible, aunque es recién al final de la novela que el misterio se resuelve de una forma que solo Dick podría concebir. La novela, entonces, va mejorando con el correr de las páginas. Se van presentando muchos personajes nuevos, cada cual con su encanto propio, y uno empieza a compenetrarse más con la historia del protagonista; va sintiendo lo mismo que él, y esas dudas que tiene sobre su propia identidad, Dick las transmite al lector, en el sentido de que uno no entiende qué es lo que está sucediendo o a qué apunta la novela. Es esta especie de incertidumbre o confusión lo que convierte a  Fluyan mis lágrimas, dijo el policía en una lectura absorbente y adictiva; el deseo por saber, por entender, es más fuerte que la confusión que se pueda sentir, y que evidentemente está presente, en cada una de las páginas que componen esta novela. Por otra parte, el autor construye una ambientación bastante distinta (hasta cierto punto) si la comparamos con la realidad actual. La policía ejerce un control total sobre la población; existen campos de trabajo forzado para los indocumentados; los negros han sido casi exterminados, y los estudiantes están destinados a vivir bajo tierra en condiciones infrahumanas, por lo que en muchas ocasiones se desatan peleas para conseguir alimentos. Este es otro de los rasgos que destacan de la novela. Dick construye muy bien la ambientación de la misma, por lo que cuando la historia va avanzando, el lector es fácilmente trasladado a ese nuevo mundo, convirtiéndose en un testigo privilegiado de lo que va sucediendo.
En este libro se plantean cuestiones que ya son inherentes a la obra de Dick. La identidad, muchas veces trastocada, la incertidumbre, la paranoia, las dudas, la confusión, las drogas, el control gubernamental y principalmente el juego entre lo real y lo ficticio toman un rol sumamente importante en la construcción de la trama. Es probable que en esta novela estos temas estén más planteados de forma más evidente que en otros trabajos del autor (El hombre en el castillo, por ejemplo), y es por eso que Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, representa muy bien la línea argumental de las novelas y cuentos de este autor.

Hay un factor que se repite en todas las obras que he leído de Dick que sigo sin tener la capacidad de comprender, de entender bien cómo es que funciona. Su estilo narrativo no es nada fuera de lo común; sin llegar a ser superficial o simplemente malo, tampoco es lo no es lo que más destaca. De hecho, su vocabulario no es sumamente amplio ni nada por el estilo. Es más: muchas veces, sus diálogos resultan un tanto forzados o antinaturales. Pero lo interesante es ver que, más allá de estos posibles “inconvenientes” o “limitaciones”, sus novelas funcionan a la perfección. Quizás lo ideal sería ver esta obra (y las demás también) en forma de producto final, como una novela a analizar más profundamente en su simbología general, en lo que plantea entre líneas.  En ese sentido, no considero que analizar a Dick según sus dotes “artísticas” sea algo fructífero, por así decirlo, sino que lo ideal es pensar en el contenido filosófico y existencial que incluye en sus historias, y cómo consigue reinventarse constantemente. Es genial cómo uno, al leer cualquiera de sus libros, en ningún momento tiene la sensación de estar leyendo un reciclado de otra novela. Cada una de ellas tiene algo que las diferencia de las demás, tiene su propia esencia, más allá de que, en última instancia, estén hablando de los mismos temas.  

Fluyan mis lágrimas, dijo el policía es una gran novela de Philip Dick, en la que los temas que caracterizan a su obra están más presentes que nunca. Una historia que con el correr de las novela va poniéndose cada vez mejor, elevando su ritmo narrativo hasta convertirla en una lectura completamente absorbente. Fluyan mis lágrimas, dijo el policía es Dick en su máxima expresión.
Puntuación final

9/10

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