Ficha técnica
- Título: Camille
- Autor/a: Pierre Lemaitre
- Saga: Camille Verhoeven #4
- N° de páginas: 312
- Editorial: Alfaguara
- Año: 2016 (2012)
- Título: Camille
- Autor/a: Pierre Lemaitre
- Saga: Camille Verhoeven #4
- N° de páginas: 312
- Editorial: Alfaguara
- Año: 2016 (2012)
Un acontecimiento se considera decisivo cuando desbarata nuestras vidas
por completo, reza la primera línea de esta última parte de la saga del
comandante Verhoeven. Eso es lo que le sucederá al protagonista, cuando tiene
que embarcarse en la resolución de un caso cuya víctima principal es su pareja,
Anne. Así, y sin importar si tiene en cuenta la legalidad o no, Camille debe
hacer todo lo posible para ayudarla.
El argumento de Camille no es, a priori, tan
espectacular como el de los libros anteriores. En determinados aspectos, este
volumen se asemeja más a lo que había sucedido en Irène. Estas dos novelas tienen en común que los casos involucran a
Camille personalmente, lo cual
permite que se ahonde más en su personalidad y en sus valores. En casos como
estos, Lemaitre tiene la posibilidad de explotar una de sus mayores virtudes:
la de la construcción de sus personajes. Si en Alex se destacaba la intriga y el suspenso de la trama, en esta
entrega sobresale la profundidad del protagonista, que ya habíamos visto desde
la primera novela. De esta forma, si desde el primer caso Verhoven había sido
un personaje profundo, con el correr de los libros su personalidad fue
explotada de la mejor manera posible, consiguiendo que en esta entrega podamos
conocer más de Camille, casi como si fuéramos sus propios compañeros.
El estilo narrativo de Lemaitre
es completamente absorbente e invita a seguir leyendo todo el tiempo. Su prosa
es estilizada y fluida, clara y directa. No abunda en metáforas y descripciones
innecesarias que entorpecen la lectura. Así, Camille se lee con total continuidad, sin baches aburridos o que
pierdan el foco de la historia. Claro está que al principio (más allá de las tremendas
primeras páginas) no hay mucho con lo que engancharse, porque la investigación
está, como siempre sucede en estas instancias, estancada. Será a medida que
pasen las páginas que las piezas del rompecabezas irán poniéndose en su lugar,
y ahí sí tendremos más elementos que generen intriga y sorpresa. Si comparamos
esta novela con Alex (que desde mi
punto de vista es ampliamente la mejor de la serie), Camille es más un juego de intereses, venganzas y cuestiones
personales, mientras que en el segundo libro de la serie se pueden encontrar
más elementos relacionados al thriller,
siendo esa una novela mucho más oscura y cruda. Por otra parte, en este libro, más allá de la tercera persona
en presente que rige la mayoría del relato, destaca la incorporación de la
primera persona de uno de los criminales implicados en el caso. Es cierto que
en un principio no sabemos a quién corresponde esta voz, porque eso forma parte
de unos de los puntos a resolver, pero lo sí sabemos es que esta voz es importante. De lo contrario, el autor
no la habría incluido. Esto convierte a Lemaitre en un autor que sabe cómo
reinventarse, no solo desde los argumentos, sino también en la forma en la que
los desarrolla.
La trama avanza más lentamente
que en Irène y Alex,
y el caso no parece tan complicado como en los de dichas novelas. No obstante, el
autor tiene una gran habilidad: sabe cómo dosificar la intriga. A medida que
van sucediéndose los hechos, Lemaitre va soltando algunas pistas que como uno
no sabe bien a qué refieren, no puede interpretarlas de la mejor manera. No es
hasta el desenlace de la novela que estos indicios finalmente tienen su razón de
ser. De esta forma, Lemaitre consigue que el ritmo de la novela se mantenga,
porque si gastara todas sus energías al inicio, por ejemplo, la historia
correría el riesgo de ir desinflándose cuando se acercase al final. Es factible
que el lector considere que la trama no tiene demasiado impacto, casi como una constante
meseta literaria; pero el desenlace, donde los misterios se resuelven y llegan
las explicaciones, repunta completamente. Es interesante remarcar cómo la resolución del
caso, de alguna manera, vuelve sobre el inicio de la saga, allá por la novela Iréne, remitiendo a algunos aspectos que
quedaron un tanto inconclusos. Es por eso que lo mejor es leer las novelas en
orden, y no solo porque en todas las novelas hay spoilers de Irène, sino también porque de esta
manera se entienden mejor determinados aspectos de la trama que refieren a los
libros anteriores.
En este cuarto tomo de la saga, Lemaitre confirma toda su capacidad
narrativa que ya nos había mostrado en las primeras tres novelas: Irène, Alex y Rosy & John. Más
allá de que la trama no tenga un efecto tan tremendo, sigue reafirmando que
Lemaitre es un autor capaz de reinventarse, de probar cosas nuevas. De esta
forma, se cierra un círculo de cuatro grandes novelas negras.
Puntuación final
8/10
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