Serie de TV: "Westworld" - Temporada 1 (SPOILERS)

Datos técnicos
- Título: Westworld
- Creador/es:
Jonathan Nolan, J.J. Adams, Lisa Joy, Michael Crichton (guionista de la película de 1973 en la que se basa la serie)
- Año:
2016- presente
- Temporadas:
1
- Duración: 
58 minutos aprox (episodio final de 90 minutos)
- Cantidad de episodios p/ temporada:
10
- Puntuación IMDb:
9.1
Westworld sitúa al espectador en un futuro en el que se ha avanzado tanto en el campo de la robótica y de la tecnología en general que es posible crear androides que luzcan igual a los humanos, y hasta lleguen a  tener las mismas actitudes. A partir de esto, la sociedad tiene la posibilidad de entrar a Westworld, un parque de atracciones ambientado en el Lejano Oeste que les permite interactuar con los androides del lugar y cumplir todas sus fantasías, sin restricción alguna.

Así como Asimov establece las “Leyes de la robótica” en los relatos de Yo, robot, el parque de atracciones también tiene sus reglas. Los humanos pueden hacer lo que les plazca con los androides, pero los robots están programados para no hacer daño a ningún ser vivo. Por otra parte, cada androide tiene en su código central una historia, una trama que rige su existencia, por lo que en un principio no pueden salir de ella. De esta forma muchos de los personajes viven en un eterno loop, que les hace vivir una y otra vez las mismas vivencias. A medida que pasan los capítulos, la serie trabaja cada vez más sobre este concepto y, en base a esto, la trama central de Westworld empieza a desarrollarse.

El inicio de la serie puede ser bastante complejo de entender, porque plantea distintos personajes e historias paralelas de las cuales el espectador no sabe nada. Además, esta es una serie que episodio tras episodio va revelando información trascendente, por lo que es importante empezar a verla sabiendo poco de ella para que nos vaya sorprendiendo. Por lo tanto, el casi nulo conocimiento que tenemos favorece que el principio sea bastante confuso, sin que seamos capaces de conectar (todavía) las historias y conceptos que se nos van presentando. Sin embargo, la serie tiene la virtud de que cuestiones pesadas y detallistas como la robótica o la tecnología son mostradas de manera que uno pueda entenderlas, a pesar de estar bastante alejadas del plano tecnológico actual. En Westworld se pueden crear androides exactamente iguales a los humanos, con personalidad y con un rol específico dentro de la historia del parque. Si ahora se está trabajando para que en un futuro se puedan concebir hijos in vitro con la posibilidad de transmitirles características deseadas, en la serie, los atributos de los androides se manejan con solo unos botones táctiles en una tablet. Aunque todavía es un ámbito del que poco se sabe, la serie lo plantea de manera que uno pueda llegar a comprenderlo, de considerarlo como algo posible. Hay muchas obras de ciencia ficción que pecan en el sentido de que se centran demasiado en explicar los conceptos que se utilizan y así se vuelven pesadas o aburridas. En cambio, en Westworld la cuestión más ligada a la ciencia ficción no está explicada mecánicamente, por así decirlo; es decir, no hay uno o varios capítulos destinado a definir determinados conceptos, sino que el mismo desarrollo de la serie es el que permite que el espectador pueda entender lo que va pasando. Por esta razón, también, es que al principio puede costar un poco engancharse, pero con el avance de la historia cada pieza del rompecabezas va poniéndose en su lugar.
El correr de los capítulos va planteando determinadas ideas más ligadas a la parte filosófica que tiene el género de la ciencia ficción. La moral, la existencia, la humanidad, la conciencia son todas cuestiones que tiene un rol central dentro del desarrollo de la serie, y a lo largo de los diez capítulos que componen esta primera temporada van convirtiéndose en temas tan importantes como las mismas historias de los personajes. ¿Qué nos hace humanos? ¿Qué tan superiores somos a los androides? ¿Qué significa existir? ¿Cómo podemos estar seguros de nuestra conciencia sobre nosotros mismos? ¿Es cierto que todos tenemos un rol en el mundo, algo a lo que estamos destinados a ser? ¿Eso puede cambiar? ¿Qué rol ocupan nuestras propias decisiones? ¿Qué pasa cuando se invierten los roles de creado y creador? ¿Cómo pueden combinarse las ideas de inteligencia y artificial? ¿Son perfectos los androides? ¿Qué significan que sean perfectos, que se mantengan estrictos a la narrativa para la que fueron creador, que no tengan capacidad de decisión? En la serie vemos cómo los androides empiezan lentamente a “humanizarse”. En los primeros capítulos se nos muestra que si bien los robots están destinados a desarrollar una trama, también están programados para que tengan una pequeña posibilidad de improvisar en algunos casos, teniendo en cuenta que los distintos humanos con los que interactúan no tienen siempre la misma forma de responder ante una determinada situación. Cuando los androides se enfrentan a un evento que no pueden procesar, que escapa su capacidad de comprensión en base a su programación, empiezan a fallar y son retirados del parque. Teniendo en cuenta que su creador, el humano, no puede ser perfecto, tampoco puede serlo su creación, el androide. Los robots van tomando actitudes o empiezan a interesarse por cuestiones que los acercan a la parte humana, como por ejemplo, la conciencia. Este tema está explotado dentro del personaje de Dolores y la idea del laberinto. Cuando Arnold la creó, siendo una de las primeras y probablemente su consentida, su preferida, la programó, primero, para ser funcional a una determinada trama. Pero llega el momento en que Dolores empieza a escuchar voces que le “dictan” una especie de órdenes que son las que le permiten salir de su loop. A este camino para encontrar su propia voz, su voz de la conciencia, Arnold le llamó el laberinto. Estos conceptos están muy bien desarrollados a lo largo de la historia, y son muy interesantes por el tema filosófico que plantean. Me pareció excelente la idea de concebir la conciencia no como algo que se puede alcanzar avanzando verticalmente, como una pirámide, sino como algo que se consigue a partir de la toma de decisiones, del viaje en varias direcciones, hasta llegar al centro del laberinto. De esta forma las voces que guían a Dolores para salir de su loop terminan dirigiéndola a su propia voz.

Creando androides
Más allá de toda la cuestión filosófica que requiere un análisis quizás más profundo, la serie también funciona muy bien en el aspecto ligado al entretenimiento. Si bien el inicio es la parte más confusa y hasta más aburrida, por así decirlo, probablemente porque el espectador no termina de entender bien a qué apunta la trama, con el correr de los episodios el argumento se va desarrollando muy bien, de manera que uno puede entender mejor qué está ocurriendo. Así, el final de cada capítulo deja al espectador con ganas de ver el siguiente, y así hasta terminar la temporada completa. Por otra parte, la serie también tiene un alto impacto visual, no solamente por lo explícito de varias escenas sino también por el alto nivel de detalle que tienen, por ejemplo, las (pocas, lamentablemente) partes en las que se muestra cómo se construyen los robots. La introducción es una delicia sonora y visual. La ambientación que consigue crear es perfecta, no solamente por la estética que alcanza sino también por la música y el toque especial que le da la temática western. Es impresionante el nivel intelectual que tiene Westworld; pasando por el gran trabajo de los actores hasta la genial habilidad de los guionistas y creadores para que parezca que la serie va por un lado y termina yendo por otro. La trama también triunfa en mantener la expectativa para la segunda temporada, porque si bien varias incógnitas se resolvieron en el último capítulo, algunas otras, tales como la importancia del personaje de Wyatt o qué es lo tan terrible que hay por fuera del parque como para que la gente sienta la necesidad de escaparse a un mundo de fantasía como Westworld todavía están sin respuesta.  

Westworld no es una serie que pueda verse a la ligera. Requiere de un alto grado de concentración y de compenetración con la historia para no perderse ningún detalle y poder disfrutar al máximo de todas las cuestiones que plantea. Es una serie muy inteligente porque combina a la perfección temáticas filosóficas y existenciales con una trama que atrapa completamente al espectador. El humano jugó a ser Dios y le salió mal. Westworld te muestra cómo.
Puntuación final
10/10

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