- N° de páginas: 320
- Editorial: Mondadori
En ese tira y afloje constante están nuestros protagonistas. El narrador es un hombre que, junto a su hermano, al inicio se mantiene casi al margen de lo que lo rodea. Con el tiempo, y con lo que va pasando en la novela, deberán ir tomando partido, ver qué hacer ante determinadas situaciones y decidir cómo actuar, cuál será la mejor decisión.
Uno de los factores que más me gustaron de Un futuro radiante es el de los cambios temporales. A raíz de las explosiones, la vida del narrador y de su círculo íntimo quedó dividida en dos: en lo que pasó y en lo que está por pasar. Podríamos agregar también una tercera etapa, que sería la que nos muestra lo que está ocurriendo actualmente. Si bien lo que se nos cuenta sobre su vida antes de las explosiones no ayuda a explicarlas, sí es muy útil para entender al personaje, para saber más de él. De esta manera, la voz del narrador se vuelve más profunda, más concreta y con más sentido. Por otra parte, estas narraciones nos ayudan a contextualizar su manera de actuar en lo que sería el presente distópico y así entender algunas de sus acciones. Más allá de toda esta especie de "utilidad", lo cierto es que las historias que se cuentan son interesantes, por lo menos a mí me aportaron bastante y me agilizaron la lectura.
La trama está muy bien construida. A pesar de que durante el presente no pasan gran cantidad de cosas, cada suceso tiene causas, desarrollo y consecuencias, lo que los convierte en acciones sólidas y apropiadamente justificadas. Es decir, nada de lo que pasa en Un futuro radiante es porque sí, todo tiene un sentido. La historia no es compleja, pero está bien descrita y funciona a la perfección; sobre el final, por ejemplo, no deja cabos sueltos. A medida que la lectura avanza, uno se va compenetrando más en ella, entiende a los personajes y, por qué no, quizás toma partido por alguno de ellos. Hubo otros elementos que para mí le aportaron mucho a la construcción de la trama. Uno de ellos es, entre otros, el tema de la droga. El título de la novela es Un futuro radiante, mismo eslogan que utiliza cierto grupo poderoso para comercializar la fórmula mejorada del derramadito, una sustancia hecha a base de lo que expelieron las explosiones químicas. Esta relación podría leerse como una suerte de ironía; ¿qué clase de futuro radiante, auspicioso, es aquel que para sobrellevarlo, por decirlo de alguna manera, es necesario recurrir a cierta sustancia que te deja fosforescente y al borde del nocaut? Sin ir más lejos, ¿de qué futuro hablamos si el presente no da signos de mejoría? En ese sentido me pareció un aporte más que original a la trama.
La prosa del autor es ideal para este tipo de historias. Plotkin tiene un estilo ágil, que permite recorrer las páginas de esta novela de manera vertiginosa, casi sin tomar aliento. Uno lee Un futuro radiante casi obsesivamente, sin detenerse, aunque entendiendo todo perfectamente y sin perderse ningún detalle. A mí personalmente me da mucha satisfacción encontrar libros que uno no quiere soltar, que quiere seguir leyendo sin importar la hora, el lugar o la ocasión.
En conclusión, Un futuro radiante es una muy buena novela de ciencia ficción distópica, con tintes que nos hacen recordar a nuestro presente. Bien escrita y con una trama sólidamente estructurada, esta es una historia que nos invita a seguir apostando por la narrativa argentina contemporánea y, algo que también es muy importante, pasar un gran rato de lectura reflexionando sobre algunos de los temas que esta misma nos propone.
Puntuación final
9/10
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