- Autor/a: Juan Diego Incardona
- N° de páginas: 173
- Editorial: Interzona
Villa Celina consta de muchos relatos todos situados en un mismo lugar, siguiendo al mismo protagonista por los años de su infancia. En cada uno de ellos se narran situaciones que nos hacen acercar al autor, el propio personaje principal, sus anécdotas, su familia, sus amigos, su barrio, etc.
Lo que más me gusta de este autor es que decide que él mismo sea el protagonista de las historias. En el anterior libro que leí de él, Las estrellas federales, Juan Diego deambula por una Argentina un tanto venida a menos por la falta de control de la década de los 90 en relación a las fábricas, los químicos, etc. En este caso, en cambio, las situaciones contadas son más reales. Si bien hay relatos que constantemente rozan lo fantástico o lo inusual, como en "El Hombre Gato" y "Walter y el perro Dos Narices", todos los demás cuentos que restan se centran en vivencias del propio Incardona, a pesar de que igualmente no me fue posible saber si están eran completamente verídicas o no. El hecho de que el propio autor sea el personaje principal le da un mucha originalidad a las historias, las hace tener un enfoque distinto. Todo lo que se cuenta pasa por lo ojos del autor, por su perspectiva. Por lo menos para mí, esta es la primera vez que leo sobre un autor que es explícitamente el protagonista. Muchas otras obras son indirectamente autobiográficas o reflejan algún que otro rasgo de la personalidad del autor, pero no de manera tan directa como en esta.
El relato que, según mi pensamiento se destaca por sobre los demás es el primero, "La culebrilla". Este fue el que más me interesó y en el que vi un mejor manejo de la trama, teniendo en cuenta las pocas oportunidades, en cuanto a la longitud de la narración, que provee el formato cuento. Los relatos restantes tienen un nivel similar. Todos ellos me parecieron atractivos, agradables de leer. Por otra parte, noté que otros que me interesaron más fueron los que contenían alguna característica del fantástico o del extraño, como los mencionados en el párrafo anterior. A esta lista podría tranquilamente sumar "Víctor San la Muerte". Este mismo no tiene una cuota tan grande de dichos rasgos, pero igualmente me gustó por la construcción del personaje al que está apuntado. Por el contrario, los cuentos más cortos no me atrajeron tanto, pero aún así los leí con gusto, sabiendo que no eran relatos que fueran a aburrirme o a resultarme pesados.
En conclusión, Villa Celina es un conjunto de buenos relatos sobre la infancia, más que nada, del autor, su barrio, su familia, etc. En ese sentido, me gustó cómo están enfocados, desde la perspectiva del escritor como protagonista. Una serie de relatos que se leen ágilmente, que en un par de horas pueden terminarse tranquilamente y dejan la sensación de estar leyendo a un autor que sabe cómo escribir relatos cortos y aún así transmitir todo lo que seguramente quería hacernos llegar.
Puntuación final
7/10
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