"Manigua", de Carlos Ríos

Ficha técnica
- Título: Manigua
- Autor/a:
Carlos Ríos
- N° de páginas:
61
- Editorial:
Entropía
- Año:
2009
Si hablamos de literatura, muchas veces se menciona la palabra cliché. Hay libros que, literalmente, son un cliché andante. La premisa, el desarrollo de la historia, los personajes y las situaciones que los relacionan son todos conceptos que quizás ya aparecieron en otras novelas y que, en consecuencia, se hacen repetitivos y no aportan nada nuevo. Sin embargo, hay otros que son todo lo contrario; y este es el caso de Manigua de Carlos Ríos.

Esta nouvelle nos muestra un contexto y una ambientación totalmente fuera de lo común: el de las tribus, clanes y todo lo que eso conlleva. Que alguien me diga cuántos libros ha leído sobre estos temas. Yo solo conozco Los días del venado y nada más. No es un argumento común en la literatura (y ni hablemos en la juvenil). Por eso, cuando una novela tiene algo de innovador, siempre se agradece y se valora.

En esta historia conocemos a Apolon, hijo de una importante figura de un clan tribal que le encarga salir de su hogar y buscar una vaca que luego será sacrificada el día en el que nazca su hermano número 11. Así, Apolon le contará a su hermano, varios años después, cómo fue su travesía. Lo que hace el libro es reproducir esta situación.

Además de esta trama tan inusual, en la que las costumbres, los rituales y las tradiciones tendrán un papel protagonista, lo que prevalece en la historia para afirmar que Manigua es cualquier cosa menos un cliché es el estilo del autor. Ríos tiene una prosa que en un principio puede resultar extraña, densa o hasta aburrida (alentado esto porque al inicio no se entiende bien a qué apunta), pero que con el correr de las páginas empieza a generar una especie de hipnosis. Hay poco libros que me hayan transmitido algo así. Solamente recuerdo a La pureza de las palabras, por Jenny Erpenbeck, y no mucho más. A medida que continuamos con la lectura se va produciendo algo así como un círculo en el que nuestra necesidad de lectura prevalece sobre cualquier otro factor que nos interese de la novela, y todo el tiempo queremos seguir leyendo hasta que nos topamos con el final (que por cierto, me gustó mucho) casi sin darnos cuenta.

Otro elemento que me pareció interesante es el hecho de que el autor juegue mucho con los cambios de persona (1era y 3era específicamente) y con los saltos temporales. Al principio genera confusión, es cierto. Pero como ya mencioné antes, a medida que nos acostumbramos al estilo y a la trama, las piezas del rompecabezas van encastrando para que nosotros, los lectores, tengamos una idea más clara de lo que está pasando. Y lo que está bueno de los libros es que te generen preguntas, que no necesariamente tengan una solución concreta, que te hagan pensar, tener un sentido crítico. ¿Por qué en determinados libros si algo nos confunde nos aburrimos y dejamos la lectura? ¿Qué hace que, ante dos libros igualmente confusos sigamos leyendo uno y no el otro? Son preguntas que, por lo menos desde mi punto de vista, no tienen una respuesta clara; porque también tiene mucho que ver con lo que a cada lector le parece interesante o no, es algo muy subjetivo y objeto de debate.

En definitiva, Manigua es una novela que me gustó mucho y me sorprendió para bien. Es una historia que trata temas inusuales, con una prosa que ayuda y un resultado final que redondea una nouvelle más que interesante.

Puntuación final

8/10

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